IoT:
La tecnología que promete cambiar al mundo conectándolo todo a Internet
Una de las tecnologías
más prometedoras del siglo ofrece conectar a Internet unos 20.000 millones de
dispositivos electrónicos hasta 2020, desde teléfonos digitales hasta turbinas
generadoras de energía.
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Conectar a Internet un teléfono móvil, un televisor o un reloj digital ya no es
una novedad en la actual era tecnológica y se ha convertido para muchos en una
práctica común o una verdadera necesidad.
Pero hacerlo con un semáforo, un botiquín o una central
termoeléctrica suena más a una estrategia de mercadeo que una necesidad
tecnológica, ¿o no? Muchos especialistas consideran que conectar todo a la Red
se ha convertido en uno de los avances tecnológicos más exitosos que facilitará
la vida de millones de personas y miles de compañías en todo el mundo.
Un
concepto visionario de evolución tecnológica
El término Internet de
las Cosas (IoT, del inglés, Internet
of Things), fue propuesto en
1999 por Kevin Ashton, un ingeniero y empresario británico que creó el centro
de investigación Auto-ID de la Universidad Tecnológica de Massachusetts (MIT),
en EE.UU. Ashton estaba seguro de que el IoT tenía "el potencial para cambiar el
mundo tal y como lo hizo el Internet", a partir de la
conexión de todos los equipos electrónicos que nos rodean, la medición de los
parámetros externos a ellos y la automatización de muchas de las actividades
que realiza el ser humano.
De esta forma, ya en
nuestros días existe la posibilidad de crear ciudades inteligentes,
que realicen un control automático de la congestión vehicular a partir de los
datos medidos directamente en los vehículos o los semáforos, o informen sobre la
entrega de turnos y las medicinas en sus hospitales. Se estima que para 2020,
el 75 % de los
vehículos estarán conectados a Internet.
Del
dicho al hecho
En términos de
negocios, el IoT es una de las oportunidades tecnológicas más codiciadas de la
actualidad. Los especialistas estiman que en 2020 existirán más de 20.000
millones de dispositivos electrónicos conectados a la Red (unos 3 por cada ser
humano que viva en este planeta), aunque otros estudios predicen que
en los países más desarrollados existirá en promedio unos 500 equipos de medición instalados
en cada hogar.
Estas impresionantes
cifras vienen acompañadas de unas no menos impresionantes ofertas de negocios para
los inversionistas. La consultora estadounidense Gartner calcula que
a finales de esta década se generarán ingresos superiores a los 300.000
millones de dólares en el campo del IoT, mientras que los analistas de Machina
Research estiman ingresos
globales por encima de los 3
billones de dólares en 2025 en este segmento.
La industria pesada
La
automatización de los procesos de la producción y la efectivización de los
modelos de administración y control de las maquinarias que integran la
industria pesada ha permitido a las grandes corporaciones generar ahorros
millonarios y efectivizar sus negocios gracias al IoT, hasta el punto de
desarrollar un concepto avanzado que denominaron el Internet Industrial de las
Cosas (IIoT).
Este es el
caso del conglomerado estadounidense Honeywell, cuyos representantes en Rusia han
hablado con RT y aseguran que la instalación de equipos especializados de
medición —sensores inteligentes— en sitios remotos como los yacimientos
gasíferos en mar y tierra o en refinerías de crudo pesado han permitido
automatizar grandes procesos de la producción. A partir de estas mejoras,
algunas compañías han logrado ahorrar entre 30 millones y 60 millones de
dólares al año en un solo punto de extracción mineral.
"El
Internet Industrial de las Cosas resuelve problemas que anteriormente se creían
imposibles".
Corporación Honeywell en Rusia
Corporación Honeywell en Rusia
Un claro ejemplo de esta
nueva evolución tecnológica es la plataforma de extracción de gas de Valemon, ubicada en el mar del Norte, a unos 160 kilómetros de las
costas de Noruega. Este 'yacimiento digital' trabaja por completo de forma
automática y sin la presencia de un
solo operador humano.
En Rusia, la
refinería de petróleo Antipino, ubicada a unos 1.700 kilómetros de Moscú, ha
logrado automatizar gran parte de los procesos de control de su maquinaria
pesada y de la seguridad industrial a partir de la instalación de 60 puntos de
control automático sobre una gigante plataforma de IIoT.
Los
especialistas de Honeywell aseguran que estos logros se dan gracias al
procesamiento en tiempo real de una gran cantidad de información, utilizando
sistemas analíticos que trabajan bajo algoritmos de inteligencia artificial y métodos para el tratamiento de
grandes cantidades de datos (Big Data). Cada día, estos grandes objetos industriales
generan cientos de terabytes de información, un tamaño similar a unas 50.000
películas almacenadas en formato de alta definición.
Solo para la
transmisión de esta inmensa cantidad de datos se necesitan redes de
telecomunicaciones de la última generación, que superen las velocidades
actuales que bordean los 100 Mbps (tecnología 4G). En Rusia, compañías como
Nokia y la operadora móvil Megafon, trabajan activamente en el desarrollo de la tecnología 5G,
cuyo objetivo es llegar a velocidades de transmisión de 25 Gbps (más de 2.500
veces la velocidad máxima de transmisión actual), aunque por el momento 'solo'
se han alcanzado velocidades cercanas
a los 5 Gbps.
¿Y qué hay
con la seguridad?
Los retos y
las oportunidades que ofrece una tecnología como IoT atraen no solo a
inversionistas e investigadores profesionales, sino a piratas informáticos de
todo el mundo. Como ya lo advertía Yevgueni
Kaspersky, fundador de la compañía de seguridad que lleva el mismo nombre, este
año se espera un notable incremento de ciberataques a los dispositivos que
integran las redes de IoT, especialmente los componentes de la industria pesada
y "todas aquellas turbinas que se encienden, giran y se desplazan para
producir energía".

Corporación Honeywell en Rusia
Estas
advertencias ya han sido evidenciadas. En abril de este año, los expertos detectaron a Hajime ('el
comienzo' en japonés), un peligroso gusano informático que ha afectado a más de
300.000 dispositivos del IoT a nivel mundial y ha formado inmensas redes
('botnet') que están listas
para operar a gran escala, aunque su propósito exacto es aún
desconocido.
Juan Carlos González Gusev
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